Cuando nació, en Egipto se colocaban las primeras piedras de la pirámide de Keops, en Mesoamérica se fundaban las ciudades mayas y en China el río Amarillo otorgaba sus primeras cosechas. Sereno e inmutable, ha observando el paso de los días.
Durante su vida se descubrió el fuego y se inventó la internet, se han apagado estrellas en el firmamento y lanzado todos los satélites de la humanidad. Ha permanecido en el mismo sitio mientras infinitas flores han marchitado, millones de especies se han extinguido y voces callado.
Se trata de uno de los seres vivos más viejos del mundo: un árbol de la familia de las pináceas que habita en las montañas blancas de California. Fue descubierto en los cincuenta por Edmund Shulman y según estimaciones su edad ronda los 4700 años.
Las condiciones climáticas de la zona han favorecido su supervivencia; sin embargo cabe decir que su ubicación se mantiene en secreto para salvaguardar su integridad. De cualquier manera, lo más probables es que cuando nos vayamos, Matusalén siga aquí.